Por: Simple Solutions
Rafael Nadal, apodado el “Rey del Polvo de Ladrillo”, ha dejado una huella imborrable en el mundo del tenis con sus catorce títulos en Roland Garros y un impresionante récord de 112 victorias y solo tres derrotas. No obstante, cuando desglosamos sus logros en puntos ganados, se revela una perspectiva interesante.
Un artículo publicado en el New York Times analizó el dominio de Nadal en Roland Garros entre 2005 y 2014, año en el que fue publicado, donde se observa lo siguiente:
| Nadal en el RG | Ganado – Perdido | % Ganado |
| Partidos | 59 – 1 | 98.3% |
| Sets | 177 – 19 | 90.3% |
| Games | 1.169 – 635 | 64.8% |
| Puntos | 6.465 – 4.920 | 56.7% |
A pesar de su aplastante historial en partidos y sets, con un 98.3% y 90.3% de efectividad respectivamente, los números revelan que el dominio a nivel de games y puntos no es tan notable. De hecho, a nivel de puntos hay una paridad que difícilmente explica la superioridad de Rafa en el abierto francés.
En el tenis, la diferencia entre una victoria y una derrota a menudo se reduce a unos pocos puntos cruciales del partido. Es por esta razón que Nadal, aun perdiendo el 44% de sus puntos en sus primeras nueve apariciones en Roland Garros, ganó el 98% de los partidos que jugó.
Este ejemplo ilustra perfectamente la premisa principal detrás de La Teoría de Restricciones (TOC): el rendimiento de cualquier sistema es determinado por su restricción. Al igual que en tenis, un desempeño abrumador en los negocios se logra identificando y mejorando unos pocos elementos clave de la organización. Eliyahu Goldratt, el creador de la Teoría de Restricciones solía decir que “No todo cambio es una mejora, pero ciertamente toda mejora es un cambio.” Una frase liberadora, pues en cualquier empresa hay miles de oportunidades de mejora, pero no hay tiempo ni dinero suficiente para mejorar todo, ni la necesidad de hacerlo, pues muchas mejoras no tendrán un impacto en el resultado final debido a que no impactan la restricción del sistema.
Al identificar y gestionar esos elementos cruciales lograremos niveles de desempeño extraordinarios. Suena fácil, pero no deja de ser una tarea mayúscula pues implica cambiar paradigmas y vencer la inercia generada por la costumbre de hacer las cosas de cierta manera durante años.
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